Todos quieren Lágrimas por Notas de teatro

A continuación, algunos párrafos de Silvia Sánchez Urite dedicados a la obra:

"Tres personajes, una oficina desvencijada; el pasado y el presente se cruzan en un callejón sin salida. ¿Dónde queda esta oficina, suspendida en el tiempo, donde Julia, Raùl y el Jefe vocalizan parlamentos entrecortados al estilo Beckett?
¿Es 1990 la fecha del pasado lejano? ¿Es una alegoría política? Interrogantes sin respuesta a los que cada uno le puede añadir sentido a través de sus propias significaciones.
Se destaca el trabajo corporal de los tres intérpretes, en esta creación colectiva, dirigida por Maximiliano De la Puente (Diagnóstico Rotulismo, Hecho para la ocasión).
Una temporada en el infierno. O en el cielo, quién sabe".

Nota completa en:
http://silviauriteteatro.blogspot.com/2010/04/todos-quieren-lagrimas-dir-maximiliano.html

Todos quieren lágrimas por Crítica Teatral

Transcribimos un fragmento de la crítica de Mónica Berman. El texto completo se puede consultar en:

http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=2299

"Arrinconado en un espacio de la sala, el universo construido. Algo de fábrica, algo de oficina, mucho de desgaste temporal, de vejez de los materiales, de lo perecedero de la materia.
Sabemos que hay alguien en la escena, por el ruido, por la sombra pero no se los ve.
Primera paradoja, primer extrañamiento, están pero se ocultan.
Cuando los veamos, su ropa afirmará la concepción del trabajo, cierto “uniforme” connotado.
El léxico remitirá a lo laboral, las referencias a trabajar, hora de descanso, depósito, paga, arman un conjunto que se ve confirmado por los elementos que vemos, ahora bien ¿qué hacen?
Se puede ver la acción que realizan y su gesto en el marco de la acción y entonces se comprende que asumen con seriedad y concentración una tarea que se demuestra inútil.
Los vemos arrancar hojas y doblarlas con infinita paciencia, con un nivel de detalle magistral. O buscar algún dato en la larga lista de una guía, mejor dicho, de una hoja suelta de su conjunto, sin parámetro sin referencia.
A esta altura ya estamos seguros, nada nos garantiza lo que vemos, podemos asociar pero no saber, no hay correlato extraficcional más allá de los reconocimientos parciales, y es eso, justamente lo que perturba, lo que inquieta..."

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Raúl se apropia de Severino

“Vivir en monotonía las horas mohosas de lo adocenado, de los resignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es vivir la vida, es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masa informe de carne y huesos. A la vida es necesario brindarle la elevación exquisita de la rebelión del brazo y de la mente”.

Severino Di Giovanni

Todos quieren lágrimas por Leedor

Reproducimos un fragmento del comentario sobre la obra de Sebastián Russo, publicado en Leedor:

Apuntes, imágenes, afecciones

Una oficina. Oficinistas. Traqueteo constante. Máquinas. Trabajo.

La uniformidad es signo. Huella maquínica en carne humana. La carne, la máquina: una simbiosis imposible, hegemónica.
El trabajo, el yugo laboral. La rutinización del acto: gesto anti-vital. Muerte prematura.

Un delantal, marrón, un uniforme, igualando, otorgando rol, imprimiendo identidad: mismidad. El sujeto y su voluntad de poder/ser sosegada, abrumada por el cúmulo de arbitrios, aturdida por el tintinear de artefactos, coptada por la voluntad de ser/poder del Señor.

Amos/esclavos. Relación fundante, inescapable, elegida. Diluída en gesto progresista, de alienaciones on-line, de auto-destrucciones multi task. 

El comentario completo en: http://www.leedor.com/notas/3514---todos_quieren_lagrimas.html

Movilizar La Fantasía

Quiénes son estos personajes. Qué deseos los atraviesan y los recorren. Qué recursos ponen en juego en la escena con el fin de alcanzar aquello que desean. El espectáculo no ofrece certezas ni entrega respuestas unívocas posibles. Más bien al contrario: promueve interrogantes, obliga al espectador a (re)construir la trama de un mundo que se le presenta quebrado desde el vamos, en la medida en que entendemos al teatro como una instancia que no surge sólo desde el interior de la escena, sino que se genera en la interacción que se produce entre la escena y los espectadores.

En Los Límites del Género Fantástico

“Todos quieren lágrimas” es el resultado de una partitura escénica que se originó a partir de un año de intensos ensayos, en los que se trabajó utilizando como disparadores ejercicios que han partido de improvisaciones teatrales. La propuesta es una investigación en torno al género fantástico, es decir, trabajamos sobre la posibilidad de elaborar un teatro con elementos característicos de ese género, en tanto las escenas se desarrollan a partir de un peculiar alejamiento de la realidad cotidiana y establecida.

Generamos un universo ficcional que promueve inquietantes escenas de neto corte onírico, en donde los órdenes de lo real y lo imaginario chocan y se entremezclan, en confrontación con la racionalidad y la lógica diurnas.

Atmósferas, climas, vínculos ásperos y crudos: instantes dotados de teatralidad, plenos de tensiones en las relaciones recíprocas entre los personajes, se suceden uno detrás de otro, dentro de los imprecisos y borrosos límites del género fantástico, preguntándonos permanentemente qué es real y qué no lo es. Nunca sabremos si algunas escenas de la obra pertenecen al orden de lo real o de lo imaginario-onírico, dos niveles que se confunden y se ponen en cuestión permanentemente en su universo.

Buscamos hacer visible lo que es invisible, lo que no puede verse a simple vista, por lo que nos valdremos de las coordenadas que nos proveen lo extraño, lo sobrenatural, lo maravilloso y lo fantástico, es decir, todo aquello que está gobernado por leyes que desconocemos.

Una Mirada Sobre el Trabajo

En “Todos quieren lágrimas”, utilizamos diversos procedimientos para dar cuenta de las experiencias y las situaciones que se generan en el ámbito laboral, el cual es presentado desde una mirada oblicua, deformada, distanciada, poetizada, especialmente lúdica, expuesto en su estructura profunda, dejando al descubierto sus vínculos jerárquicos, crueles y descarnados, plenos de salvajismo y explotación, verdadero corazón del sistema hegemónico imperante.

Nos hemos propuesto generar vínculos tensos, ambiguos y cambiantes, en donde las jerarquías y las relaciones de poder son permanentemente puestas en cuestión y erosionadas, al mutar y oscilar de un personaje a otro, en el marco de esa situación de trabajo alienante.

Julia, Raúl y El Señor son “eternos perdedores”, individuos que sólo pueden vincularse entre sí de maneras extrañas y anómalas, que no saben relacionarse de otras maneras, fuera de los límites que impone ese mezquino micromundo laboral en el cual transcurre la totalidad de sus vidas.

 

algunos comentarios

Un atentado contra la cultura letrada
Dijo otro espectador 
Raúl, decime ¿dónde está el canguro?
Dijo el oso polar
Me hizo recordar lo angustiado que me sentía cuando iba a trabajar
Dijo un jubilado

Cierran el depósito

La carne, la máquina.

Sigamos frescos...

La sonrisa de Raúl

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